REAL, ILUSTRE Y ANTIGUA HERMANDAD DE NUESTRA SEÑORA DEL ROCÍO DE CORIA DEL RÍO
Desde el Aljarafe sevillano se inició la devoción rociera para extenderse prontamente por toda la comarca y llegar hasta la propia capital de provincia.
Coria del Río, en los estribos de ese Aljarafe natural y ribereña del Guadalquivir, llegó al conocimiento de la devoción a la Virgen del Rocío desde muy antiguo, por los frecuentes contactos de sus pobladores con las tierras marismeñas y aledañas de la Aldea almonteña.
Muchos corianos se desplazaban también en los días de la Fiesta y Romería hasta el Rocío, agrupados devotamente porque en Coria había prendido con fuerza la llama rociera; y en la mente de muchos rocieros de Coria del Río rondaba desde había muchos años la idea de fundar una fervorosa Hermandad.
Sin embargo, esta constante intención no se hace realidad hasta el 21 de abril de 1849, año trascendente en la historia de la devoción mariana universal, en que tiene lugar las apariciones de la Virgen en Lourdes y la declaración del dogma de la Inmaculada Concepción de María por el Papa Pío IX.
En el acta de constitución de la Hermandad se aclaran los motivos por la que ésta se crea: “En el nombre de Dios, Amén. Para mayor honra y gloria de esta villa, y demostración de los vehementes deseos que en todo tiempo han manifestado sus vecinos de tributar los devidos cultos a la Reyna de los Ángeles María Santísima Nuestra Sra..., bajo la milagrosa adbocación del Rocío que se venera en su Hermita situada en el término de la villa de Almonte...se reunieron hace tiempo el Presbítero D. José Jiménez, D. Manuel Suárez Jiménez, D. Mariano Suárez y D. Juan Mejías: éstos de común acuerdo tomaron a su cargo la creación y fomento de una Hermandad...de forma que sin riesgo de equibocación, se asegura que los citados individuos, impulsados de un santo celo han sido los verdaderos fundadores de ella... Estos hechos, tan notorios como positibos se anotan en esta Libro con la justa idea de que consten hasta la posteridad”.
Desde el Aljarafe sevillano se inició la devoción rociera para extenderse prontamente por toda la comarca y llegar hasta la propia capital de provincia.
Coria del Río, en los estribos de ese Aljarafe natural y ribereña del Guadalquivir, llegó al conocimiento de la devoción a la Virgen del Rocío desde muy antiguo, por los frecuentes contactos de sus pobladores con las tierras marismeñas y aledañas de la Aldea almonteña.
Muchos corianos se desplazaban también en los días de la Fiesta y Romería hasta el Rocío, agrupados devotamente porque en Coria había prendido con fuerza la llama rociera; y en la mente de muchos rocieros de Coria del Río rondaba desde había muchos años la idea de fundar una fervorosa Hermandad.
Sin embargo, esta constante intención no se hace realidad hasta el 21 de abril de 1849, año trascendente en la historia de la devoción mariana universal, en que tiene lugar las apariciones de la Virgen en Lourdes y la declaración del dogma de la Inmaculada Concepción de María por el Papa Pío IX.
En el acta de constitución de la Hermandad se aclaran los motivos por la que ésta se crea: “En el nombre de Dios, Amén. Para mayor honra y gloria de esta villa, y demostración de los vehementes deseos que en todo tiempo han manifestado sus vecinos de tributar los devidos cultos a la Reyna de los Ángeles María Santísima Nuestra Sra..., bajo la milagrosa adbocación del Rocío que se venera en su Hermita situada en el término de la villa de Almonte...se reunieron hace tiempo el Presbítero D. José Jiménez, D. Manuel Suárez Jiménez, D. Mariano Suárez y D. Juan Mejías: éstos de común acuerdo tomaron a su cargo la creación y fomento de una Hermandad...de forma que sin riesgo de equibocación, se asegura que los citados individuos, impulsados de un santo celo han sido los verdaderos fundadores de ella... Estos hechos, tan notorios como positibos se anotan en esta Libro con la justa idea de que consten hasta la posteridad”.
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