Dios se encarnó en la madera,
Y tomo forma de Gran Poder,
Y ni tan solo una astilla siquiera,
Se hizo en tu rostro primavera
Señor, solo por soñarte ver.
Tu cara desencarnada y silente
Tus cabellos, compás de racheos,
Y tus labios de amor casi inertes
Dejan perfumes de muerte
En las aristas del tiempo.
Y tomo forma de Gran Poder,
Y ni tan solo una astilla siquiera,
Se hizo en tu rostro primavera
Señor, solo por soñarte ver.
Tu cara desencarnada y silente
Tus cabellos, compás de racheos,
Y tus labios de amor casi inertes
Dejan perfumes de muerte
En las aristas del tiempo.
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