sábado, 20 de febrero de 2010

Nuestra Cultura.

Ojalá nos preocupáramos del río como del Coto de Doñana. La barca coriana que tiene en su quilla el nombre marinero de "Carmen" es un monumento a algo que ha muerto. Es como si en Doñana levantaran un monumento al último lince muerto, extinta la especie. La barca de Coria recuerda a los pescadores de albures, de sábalos, de barbos. De los pescados del río. Pero ni el albur es un lince, ni el sábalo es un lince, ni el barbo es un lince. El albur no vende demagogia ecologista y el lince sí. En el reino animal, por lo visto, hay clases. Castas privilegiadas dignas de toda protección, como el lince, y especies despreciables, dignas de todo olvido, como ese triste villancico de los peces andaluces en el río de la historia. Ojalá se protegieran a estas especies del río con la energía que al lince en la Carretera de la Fresa. Para que los albures vivan como reyes en el Guadalquivir.

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