viernes, 2 de abril de 2010

Martes Santo 2010.

Cada Martes Santo se repite el ritual. Toda la familia se reúne en torno a los que nos revestimos con el ruan y el esparto. Allí se mezclan la sorpresa de los más pequeños, las caricias de orgullo de mi madre, las lágrimas furtivas de mi padre, la ternura de quien decidió compartir con nosotros su vida. Cada gesto se prepara para ser memoria y hacerse raíz, cada silencio se colma de sabores, los tiempos se detienen para volverse a ordenar. Entre estos versos encontraréis el compás que mide mis pasos bajo el antifaz que cada noche de Martes de Gloria reposa sobre mi cama.

1 comentario:

realbetis dijo...

Gracias por la magnificas fotos Juan que has hecho de mi hermandad este Martes Santo, gracias tambien por esas palabras. Enhorabuena amigo que el Señor de la Paz y su Madre llena de Gracia y Esperanza te acompañe siempre.